Aunque es muy pronto para conocer cuál será el esquema definitivo del Celta, ante el Sporting Braga (27/7/2018) se ha podido ver ya una ligera pincelada de lo que quiere Antonio Mohamed. De hecho, había avisado de que el equipo debía mejorar en defensa, por tanto, no sorprendió la inclusión de 3 centrales. Antes de comenzar con el análisis, recordad que el partido lo tenéis en YouTube, justo aquí.

En la primera imagen puede verse la distribución táctica del equipo: David Costas en el centro de la zaga, acompañado por Néstor Araújo en el perfil derecho y Facundo Roncaglia en el izquierdo. David Juncà y Hugo Mallo respectivamente juegan como carrileros, dando profundidad a las bandas. Por delante de la zaga, Lobtoka y Okay Yokuslu dan progresión al juego y contemporizan las posesiones y el ritmo del partido. En ataque, Brais Méndez y Emre Mor intercambian posiciones para generar superioridades en las bandas. Arriba como nueve móvil, Claudio Beauvue. Por su parte, el Sporting Braga alinea un clásico 4-4-2.
Este tipo de esquemas son bastante habituales en el fútbol italiano, pero para su éxito se requiere de mucho trabajo físico. La concentración para presionar y, una vez recuperado el balón, precisar en los pases y salvar las marcas individuales, conlleva bastante esfuerzo. Estos automatismos los irán aprendiendo poco a poco. De cualquier modo, se verá cómo establece la presión el Celta. El Sporting trata de salir con el balón jugado, pero inmediatamente es encerrado por la superioridad numérica celeste. Juncà, Emre Mor y Lobotka realizan una presión alta y consiguen forzar la pérdida.
Si el rival consigue superar la línea de presión, los centrales tratan de corregir mediante permutas la posición perdida del compañero. Aquí el encargado es David Costas. Ocupa el lugar de Lobotka, a la vez que Roncaglia y Néstor cierran a su espalda. Hay que salvaguardar la zona antes del inicio del repliegue y tapar espacios para incomodar la circulación del Sporting Braga.
Cuando se completaba el repliegue defensivo, la zaga se retrasaba para tapar aún más los espacios entre líneas. Esto obligaba al rival a cambiar de banda y a empezar de nuevo. Esta imagen permite ver con claridad cuál es el esquema con los carrileros cerrando. En este caso, la presión es intermedia-baja, no interesa recuperar el balón, sino que el rival no tenga posibilidad de jugarlo con peligro. La principal variación frente a lo que proponían Berizzo y Unzué es que ambos querían monopolizar la posesión del balón. Mohamed, por su parte, es más pragmático. Quiere la posesión, pero sólo en determinadas zonas del campo y para practicar un fútbol muy directo. No le importa ceder el balón momentáneamente.
Por lo que respecta al juego en ataque, hay que reconocer que el partido ha sido especialmente plano. Los futbolistas no parecen habituados al esquema y se les ha visto muy espesos. Quizá por el cansancio físico acumulado en las últimas semanas. Sea como fuere, en la siguiente imagen hay un ejemplo de triangulación que exige de Emre Mor lectura de juego y precisión. Hugo Mallo está sobre la línea de cal y Emre recibe entre líneas de Néstor Araújo para romper la línea de presión. Generada la superioridad y con el seguimiento del lateral, la banda está libre. Debe controlar y proteger, o tocar al primer toque para Hugo y apoyarle en ataque, pero falla en el pase.
En la otra banda sí se da una situación de progresión. Esta vez con la intermediación del omnipresente Lobotka. Éste consigue filtrar un balón entre líneas para Brais Méndez, que toca inmediatamente para Juncà. El carrilero avanza hasta poner un centro demasiado fuerte. Es decir, si se contasen, apenas serían tres toques para romper una línea de presión y colocar un balón para el remate a puerta. Precisión y agilidad para ser verticales.
En apenas cinco minutos de encuentro se han podido comprobar tres de las ideas que quiere implementar Antonio Mohamed en el Celta, véanse:
- Presión alta a la salida del balón rival.
- Repliegue bajo con defensa especialmente retrasada para no dar concesiones.
- Robo en campo rival y salida al contragolpe con muy pocos toques.
O lo que es lo mismo: con balón: atacar, atacar y atacar; sin balón: presión al límite y robo. Si superan líneas, repliegue rápido y espera de oportunidad.
Con todo, este esquema puede ser un esquema circunstancial a lo largo de los partidos de este año. Si uno examina el partido frente al Córdoba y éste, hay denominadores comunes, sólo cambia el posicionamiento de algunas piezas. Frente al Sporting Braga se perdió profundidad arriba, pero se ganó en solidez y seguridad atrás. Mohamed está buscando el equilibrio, y éste se traducirá en victorias con futbolistas desequilibrantes en 3/4 de campo. Paciencia, queda mucha pretemporada.
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